lunes, 16 de marzo de 2020

Día gris, cielo gris, llueve sobre el asfalto gris plomo. Tráfico, casi no hay. Desde mi balcón, pocos paraguas circulan, apresuradamente. No diré que voy a ignorar a este virus, invisible como todos, minúsculo como todos, peligroso como casi todos, no. Seré cumplidora con ordenes dadas. Mi libertad individual supeditada al interés común. Hasta aquí, bien. Pero me niego a que el miedo se instale y obnubile mi libertad de pensamiento. Me niego a que el miedo forme parte de mi existencia. El miedo paraliza y yo quiero y debo, seguir actuando libremente. Seguiré analizando la información con la que (nos) me bombardean. Muchos en plan apocalíptico, otros desde la absoluta ignorancia pero mucha garganta, otros aportando datos que deberíamos ver en su contexto. Seguiré escuchando a especialistas en materia y no a tanto político (preparado en algo?), periodista (que tanto da una información de corazón roto como de cultivo de habichuelas) o tertuliano atrevido a mas no poder. Seguiré afinando mi sentido común por si consigo entender el porqué del descalabro de la economía. Quienes serán los nuevos millonarios y con qué se enriquecerán? Que no sea a costa de nuestra pasividad.

1 comentario:

  1. Has vuelto a plasmar tus pensamientos, qué bueno. Pensar y escribir es una buena gimnasia para mover el espíritu en esta época extraña y crítica. La soledad los dos sabemos que es buena compañera de la reflexión.

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