domingo, 26 de junio de 2011

LA CASA DE LOS AMORES IMPOSIBLES

Solamente por la fecha de la última entrada reconozco lo rápidos que pasan los días. Estuve en muy buena compañía, primero Eco y después una escritora, para mi desconocida, Cristina López Barrio y su libro "la casa de los amores imposibles". Así se fue la primavera y el verano achicharra, anunciado por petardos en la noche de San Juan. No salté hogueras ni corte tréboles, una copita de oporto y a la cama. Pero, quiero recomendar a CLB y su libro a los que necesitan sentir la magia de las palabras y zambullirse en las imágenes que producen. Gabo nos trajo a los Buendía, ella a toda una estirpe de mujeres de grandes amores y mayores pérdidas.
Puede que en cada familia haya algo de eso, en la mía también. Total, mientras mi jardín se llenaba de flores yo lloraba a mares debajo del algarrobo. Terminado el libro-algo del hechizo perdura, me hace recordar a mis mujeres y en pequeños gestos las reconozco en mi. También en grandes catástrofes o éxitos, que no dejan de ser la misma cosa, solo vista de un ángulo que nos humilla o gratifica! Y miro mis manos y veo las de mi madre, especialmente el índice derecho que se va torciendo artrítico, o veo a mi abuela, solitaria y enfrascada en la lectura tomando el café cerca del arbusto de las lilas-que por ella, plante. Total, la vida en un plis-plas.
Los pájaros, desde palomas y tórtolas hasta gorriones y mirlos, no paran de piar. La gata, tan poco independiente que parece un perro, pide mimos. Y yo me voy a la playa.