martes, 9 de junio de 2020


Dicen: 87 días.
Ayer, hoy, mañana. Todo es percepción de un determinado código. 
Dicen: las cosas han cambiado.
Pues claro, cómo no van a cambiar! Siempre cambia todo, continuamente, faltaría plus!!! 
Aunque, y fastidia pensarlo, decirlo, sentirlo, sí hay algo que cambia bien poco (a peor, además) y es la estupidez. Con virus y sin virus, el comportamiento irresponsable, preadolescente y bravucón, pasta a sus anchas.
87 días. Seguirán otros días a esos. Somos mortales, frágiles, de paso.

lunes, 23 de marzo de 2020

Ayer, domingo, mientras iba a prepararme mi primer té, recibí la noticia del terremoto en mi Zagreb. El amigo que, con su habitual delicadeza, me hacía llegar la malísima noticia, es un excelente pintor, poeta, uruguayo ilustrado y atento a la belleza. De ahí la noticia me vino amortiguada, no por ello menos horrorosa. Inmediatamente llamé a mi familia, todos a salvo, doblemente impactado, todos en las calles, todos esperando los temblores que se iban sucediendo a menor intensidad. Y entonces empezaban a publicarse imágenes, una torre de la Catedral desplomada, edificios rajados con el invisible cuchillo, coches aplastados por los ladrillos voladores, hospitales sin techo, desalojo de recién nacidos, libros desmoronándose en la librería de viejo... Imágenes a 1.500km de distancia. Y aquí, casi ningún comentario.  Es cierto que la pandemia es mundial (su denominación es esa), pero la empatía debería serlo también. 
..."si el mar se lleva una porción de tierra, toda Europa queda disminuida, como si fuera un promontorio, o la casa de uno de tus amigos, o la tuya propia. Ninguna persona es una isla; la muerte de cualquiera de afecta, porque me encuentro unido a toda la humanidad; por eso, nunca preguntes por quién doblan las campanas; doblan por ti." John Donne

lunes, 16 de marzo de 2020

Día gris, cielo gris, llueve sobre el asfalto gris plomo. Tráfico, casi no hay. Desde mi balcón, pocos paraguas circulan, apresuradamente. No diré que voy a ignorar a este virus, invisible como todos, minúsculo como todos, peligroso como casi todos, no. Seré cumplidora con ordenes dadas. Mi libertad individual supeditada al interés común. Hasta aquí, bien. Pero me niego a que el miedo se instale y obnubile mi libertad de pensamiento. Me niego a que el miedo forme parte de mi existencia. El miedo paraliza y yo quiero y debo, seguir actuando libremente. Seguiré analizando la información con la que (nos) me bombardean. Muchos en plan apocalíptico, otros desde la absoluta ignorancia pero mucha garganta, otros aportando datos que deberíamos ver en su contexto. Seguiré escuchando a especialistas en materia y no a tanto político (preparado en algo?), periodista (que tanto da una información de corazón roto como de cultivo de habichuelas) o tertuliano atrevido a mas no poder. Seguiré afinando mi sentido común por si consigo entender el porqué del descalabro de la economía. Quienes serán los nuevos millonarios y con qué se enriquecerán? Que no sea a costa de nuestra pasividad.