jueves, 25 de noviembre de 2010

El retorno

Traigo mis ojos diferentes. Llenos de Beijing. Llenos de contrastes y matices. Llenos de urgencias y quietud. Sobretodo llenos de belleza. En muchos casos de una sutileza casi dolorosa. El Palacio de Invierno con su lago, templos, pabellones policromados, cada cuadro distinto, la ave fénix y el dragón, las grullas, perros fu. Los arboles, ramas desnudas y troncos de corteza bruñida, piedras enormes traídas de lejos para recrear paisajes lejanos, sugerir longevidad, crear montañas artificiales... Encuentros inolvidables con los ojos rasgados muy, muy curiosos. Y la expresividad expresada en risa.
En un recodo del lago, los lotos secos ya sueñan el sueño de invierno.
Estoy preparada para volver.

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