lunes, 17 de enero de 2011

Ser o no ser competente

Es muy gratificante encontrar a un profesional competente. ¿A que parece contradictorio? Lo lógico y normal sería que un profesional (de lo que sea) fuera competente pero no es así. Desde mediados de noviembre reclamo la suspensión de un servicio que me fue ofrecido como "regalo" de tv por descodificador, primero porque no funcionaba y después de días sin el mismo, porque realmente no me hace falta alguna. Bueno, finalmente se produce la baja el día 5. Pero, mira que guay, me quitan en el acto el antivirus que sí va con lo contratado. Y hasta hoy que, milagro, doy (el azar es fundamental) con uno que se lo toma en serio y en una media horita - ¡el tema resuelto! Todo simple: había que desinstalar un programa, instalar otro con una serie de 4 veces 4 letras y punto final. Todo simple, tan solo un profesional que hace bien su trabajo, allí en Madrid, sentado delante de una pantalla y con el pinganillo en la oreja.

El tiempo invertido en reclamar inútilmente, ¿importa? A mi sí. A muchos seguramente también. Y lo que debería ser norma se convierte en excepcional. ¡Vaya mundo al revés!

No hay comentarios:

Publicar un comentario